Papeles de Panamá | Capítulo Bolivia

ASÍ SE HIZO LA INVESTIGACIÓN


Una noche de 2015, un acto de desprendimiento de Bastian Obermayer, Frederik Obermaier, dos trabajadores del diario Süddeutsche Zeitung, cambió la forma de hacer periodismo para siempre. Durante días, habían recibido filtraciones de correos y documentos del bufete panameño Mossack Fonseca & Co. y, en lugar de guardarlas como un tesoro, decidieron compartir sus 2,6 terabyte de información (suficientes documentos para leer en muchas vidas humanas), con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés). Así nació la investigación colaborativa más grande de la historia de los medios de comunicación.

Alrededor de 150 equipos de trabajo de 79 países pusieron manos a la obra y el periodismo dejó de ser trabajo de lobos solitarios o equipos aislados para convertirse en un oficio de ‘manadas interconectadas’. Entre todos lograron ponerle rostro y nombre a personas que acudieron a una empresa de ultramar para mantener su fortuna y operaciones bajo reserva.

Durante un año de trabajo encontraron nombres de más de 70 jefes de Estado que estaban en funciones o que ya habían terminado su mandato. Provocaron la renuncia de dos de ellos y, por ejemplo, propiciaron que se abrieran indagaciones contra los tres últimos presidentes de Argentina, Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Mauricio Macri.

En los 11 millones de documentos hubo espacio para ganadores del Oscar, múltiples poseedores del Balón de Oro de France Football o para capos de la mafia.

El alcance de los hallazgos hizo que la ICIJ ponga énfasis en este dato: Mossack Fonseca no es el único ni el más importante bufete de Panamá dedicado a la creación de sociedades offshore —hay mucho más oculto bajo el sol—, ni todas las personas que acudieron a su servicio están fuera del imperio de la ley —que esté en esta lista de empresas no implica ilegalidad—.

Sin embargo, pese a las verificaciones que realiza el consorcio panameño, hay personas que no pueden justificar el origen de su dinero ni las formas en las que lo hicieron llegar a paraísos fiscales.

Así nace el capítulo Bolivia

En la primera entrega, que vio la luz en marzo de 2016, ningún medio de Bolivia participó de trabajo porque en aquel entonces ningún periodista de este país era miembro del ICIJ.

Marina Walker, subdirectora del ICIJ, cuenta que tras que se publicaron los Papeles de Panamá le llamó la atención la gran cantidad de pedidos de Bolivia que cuestionaban: “Por qué Bolivia no está incluida, por qué han ignorado a Bolivia, por qué es importante que en este país se sepan estas noticias”.

Ese significativo interés de ciudadanos, empresarios y del Gobierno hizo que se pensara –agrega Marina–  en trabajar el capítulo Bolivia y la periodista argentina Sandra Crucianelli, que había participado en los Papeles de Panamá y que hace más de un lustro de años viene entrenando a periodistas bolivianos en periodismo de datos, fue el vínculo con el ICIJ para que, en septiembre de 2016, la periodista Nelfi Fernandez, del diario EL DEBER, y Fabiola Chambi, de Los Tiempos, fueran invitados a subirse al barco de los Papeles de Panamá e investigar los nexos de Mossack Fonseca con Bolivia.

Durante más de un año, un equipo de periodistas, analistas de datos, desarrolladores y programadores de EL DEBER (Los Tiempos se enfocó en el caso Comteco), con el apoyo de la Plataforma Periodística para las Américas Connectas y en alianza con el ICIJ, se dieron a la tarea de crear una base de datos ‘bolivianizada’. El resultado supera los 15.000 archivos.

Al leerlos se puede tejer una historia en la que Mossack Fonseca ofrecía empresas prêt-à-porter a inversionistas bolivianos según su necesidad. Las nuevas y más comunes podían costar unos $us 1.450; las vintage, con años o décadas de trayectoria, hasta $us 30.000.

Al analizar escrituras de constitución de las offshores, contratos, poderes, documentos de identidad y correos electrónicos, se descubrió que Mossack Fonseca tuvo 23 intermediarios (consorcios de abogados y personas), que crearon, entre 1994 y 2015, 127 sociedades offshore no solo en Panamá, sino también en Hong Kong (China), Nevada(EEUU), Islas Vírgenes y Reino Unido.

Esta es la primera entrega de un trabajo que se prolongará por varias semanas y que intentará contar qué hicieron con sus empresas en Panamá los empresarios y políticos bolivianos que acudieron a Mossack Fonseca.