Este reportaje nace a partir de un llamado. A partir de una invitación, sospecho que desesperada por la magnitud del problema. Se derrumba el Cerro Rico, Patrimonio de la Humanidad me dicen. Entonces alisto mis cosas. Trato de armar una agenda y me mentalizo para llegar a rozar los 5.000 metros sobre el nivel del mar. En Potosí son varias las voces que quieren hablar del jalón de orejas de la Unesco. Unos son incrédulos y dudan que esa mole de minerales eternos se derrumbe. Otros señalan que es una exageración de que el agua que beben se vaya contaminando.

Algunos dicen que la Villa Imperial nació por la minería y si tiene que morir que sean en su ley. El trabajo se divide en tres. Esta la parte donde focaliza y evidencia el grave daño que hay en la cima de la montaña de plata.

Se escuchan los diferentes criterios de las autoridades que buscan presentar una salida al dilema de seguir explotando el yacimiento o parar. En la segunda parte del informe se presenta como la contaminación de las reservas de agua destinadas al consumo del 50% de los potosinos que viven en la ciudad están siendo contaminadas. Duele ver como esas lagunas se manchan con aguas ácidas. Todo en nombre del trabajo. ¿Y el respeto por la Madre Tierra? ¿El convivir con el entorno? Queda en buenas intenciones.

La parte final del reportaje tiene un enfoque más histórico y cultural. Con el objetivo de conocer un poco más esta ciudad leyenda. No es solo el cerro el que importa, sino un conjunto de bellezas naturales, arquitectónicas y expresiones culturales y económicas que hacen de la Villa Imperial una joya que se debe cuidar como ella lo hizo con el mundo y particularmente con Bolivia. Espero que sea de su agrado

Sesión del Concejo Municipal- Audiencia a la Empresa Minera Manquiri