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LA HISTORIA DE ROSA

Trata y tráfico de personas en Bolivia

“Mi casa está muy triste, hay un vacío; ella va a volver”

Por: Nelfi Fernandez Reyes

Desde el 5 de octubre de 2015 Rosa anda con una pena, una esperanza, una fotografía y un teléfono que nunca apaga. Ese día su única hija mujer desapareció. Era un sábado por la mañana, lo recuerda bien. La alegre, espontánea y soñadora Nelly Edith Paxi Huaqui salió de casa para encontrarse con sus compañeras de colegio. Rosa la despidió como todos los días, pero a diferencia de los anteriores, este fue el último que la vio y desde entonces no ha parado de buscarla.

- Era una wawa, apenas tenía 15 años.
La ausencia de Nelly Edith es la pena que acompaña a Rosa desde hace dos años y la razón por la que su esposo visita lenocinios y casas de citas en la ciudad de El Alto y de La Paz con la esperanza de poder rescatar a su niña de las garras de los tratantes de personas.

-A mi esposo lo he mandado porque hombres nomás pueden entrar ahí, las mujeres no.
Como Rosa no puede ingresar a esos tugurios de comercio clandestino del sexo –según una investigación de la Fundación Munasim Kullakita, en 2015 en tres zonas consideradas de riesgo en El Alto se contabilizaron 187 alojamientos, 48 bares, 19 casas de cita, 20 discotecas, 16 sitios de venta y exhibición de pornografía y 23 lenocinios– se ha dado a la tarea de pegar en cuanto lugar le ha sido posible la copia del panfleto que le dio la Policía cuando reportó la desaparición de su hija.
Nadie le quita la idea de que una red de trata de personas es la que captó a su hija ese aciago 5 de octubre de 2015. El argumento que sustenta esta creencia se basa en el único dato que consiguió dos días después de que Nelly Edith saliera de casa para no volver y de las investigaciones que ha realizado con la ayuda de otros padres que también buscan a sus hijos.
Cuenta que el lunes, 7 de julio, desesperada se fue hasta el colegio, en La Ceja de El Alto, donde Nelly Edith cursaba el segundo de secundaria y donde se supone debía reunirse con sus compañeras. En un ataque de llanto empezó a golpear las paredes del aula. Esta escena conmovió a una de las estudiantes que salió del aula y le pidió conversar. Ahí se enteró de que alguien desde el número de Gladys Pomacusi, una ex funcionaria de la Alcaldía de El Alto y hermana de su nuera, le había estado mensajeando a su hija.
Gladys, de 22 años, estaba desaparecida desde el 22 de enero de 2015. Desde entonces su familia la busca sin éxito. Ese caso, así como el de Nelly Edith, también es de conocimiento de la Policía y del Ministerio Público; sin embargo, el accionar de ambas instituciones es observado por Rosa.

-Yo le había dicho a mi hija: ‘No le escribas, no es ella (Gladys). Ella debe estar sufriendo. La han raptado’, pero ella quería rescatarla.
La angustia de Rosa aumentó desde que –por averiguaciones que hizo con otros padres que también están con las vidas congeladas en espera del retorno de sus hijos– descubrió que el número de teléfono celular de Gladys también había contactado con María Eugenia Roca Huancani y con Juliva Nina, ambas de El Alto y desaparecidas en junio y julio de 2014.

Una fotografía y un teléfono
Siempre que Rosa sale de casa lleva consigo la fotografía de Nelly Edith y su teléfono celular con la batería cargada.
-Si alguien la ha visto ¿me puede llamar nove?, dice y se quiebra en llanto.
Siguiendo las pistas de sus propias averiguaciones y acompañada por su esposo, relata que llegó hasta la ciudad de Santa Cruz. Alguien le dijo que este departamento es el destino de las chicas que son captadas en el occidente del país por las redes de tratantes y esa información fue una luz que la llevó a emprender el viaje. Pero, fue en vano.
Rosa no estaba equivocada, las rutas más comunes de la trata de personas en Bolivia es trasladar a las víctimas de oriente a occidente y viceversa, así lo afirma la teniente Gaby Coca, jefa de la División de Trata y Tráfico de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de La Paz.
Aclara que no todos los casos son así, pero es muy común que se haga ese tipo de traslado de las personas captadas para “sacarlas de su zona de confort, donde ellas conocen y saben a dónde acudir para pedir ayuda”. La jefa policial agrega que los tratantes las llevan a un lugar desconocido y las encierran.
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Tras secar sus lágrimas con una esquina de su mantilla, que la protege de las bajas temperaturas de la ciudad de El Alto, y de intentar sin lograrlo recuperar nuevamente el tono de su voz, Rosa dice:
-Mi casa está muy triste. Hay un vacío en la mesa. Mi esposo llora, mis hijos también. Su cuarto (de Nelly Edith) está intacto, así como lo dejó… ella va a volver.
Mario Medina, director general de Trata y Tráfico de Personas, dice que los esfuerzos del Estado para combatir este flagelo van en aumento, aunque reconoce que no son suficientes. Indica que en la ciudad de El Alto las campañas de prevención han sido intensas y prueba de ello es que en el transcurso de este año se ha capacitado a 9.600 colegiales, promo y pre-promo, además de 2.800 soldados.

Según los datos del Ministerio de Público desde 2012 hasta julio de 2017 se han registrado en Bolivia 3.000 casos de trata, tráfico de personas y delitos conexos. La Paz es el departamento que registra caso el 50% de casos.

      

Staff:
Investigación: Nelfi Fernandez Reyes
Edición de textos: Sol Lauría, Mónica Salvatierra
Desarrollo web: Rubén Darío Rivero Vásquez
Análisis de datos: Lizeth Vargas
Edición de video: Román Vidal, Miguel Roca, Christopher André
Infografía: Mary Luz Soruco
Diseño gráfico: Marco León
Colaboración: Ángela Calderón, Alejandra Arnez, Carmela Delgado

ESTA INVESTIGACIÓN SE REALIZÓ EN EL MARCO DE LA INICIATIVA PARA EL PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN EN LAS AMÉRICAS, DEL INTERNATIONAL CENTER FOR JOURNALISTS (ICFJ), EN ALIANZA CON CONNECTAS Y LA FUNDACIÓN PARA EL PERIODISMO (FPP)